21 Feb Desmontando los argumentos de los antivacunas.
“Los antivacunas suelen ser colectivos antisistema que se basan en difusión de rumores y fabricación de noticias falsas; son un campo preferente para la posverdad”. Con estas palabras, define el pediatra asturiano, Venancio Martínez, a este colectivo.
Este mismo pediatra informa de que las vacunas son un recurso sanitario con absoluto consenso en la comunidad científica sobre su seguridad y eficacia. ”La vacunación es una estrategia de salud imprescindible”.
Venancio Martínez narra que el futuro de las vacunas es incuestionable . “En un futuro, muchas de las enfermedades que nos afectan actualmente quedarán relegadas al recuerdo histórico. Es lo que ocurre en la actualidad en los países occidentales con la viruela, la poliomielitis, la difteria y la rubeola congénita, entre otras.”
Lucía Galán, más conocida como Lucía, mi pediatra se hizo muy popular cuando respondió a unos antivacunas en un post en su blog. Su comentario se hizo viral y en menos de 24 horas recibió más de 1.000 mensajes de apoyo.
En su respuesta a este colectivo desmontaba algunos de los falsos mitos que hay en contra de las vacunas:
“Yo no vacuno a mis hijos porque la propia vacuna le puede provocar enfermedades graves, incluso autismo”– FALSO.
Este tipo de argumentos los hemos oído todos los pediatras en nuestras consultas. Siento decir que ante esto, soy implacable y les trato de explicar de una forma clara y convincente lo siguiente:
La vacuna frente a la difteria, el tétanos y la tosferina puede provocar una encefalitis (en la mayor parte de los casos leve) en 1 niño de cada 1.000.000 de niños vacunados. Pero sufrir cualquiera de las tres enfermedades por no estar vacunado, puede ocasionar la muerte en 1 de cada 200 niños y producir una encefalitis (muchas veces grave e invalidante) en uno de cada 20 niños que la padezcan.
Respecto al autismo no hay evidencia científica alguna que haya correlacionado la administración de las vacunas con el desarrollo del autismo.
Comprendo a las familias que viven en primera persona esta enfermedad con uno de sus hijos, y comprendo los momentos de angustia y de necesidad de encontrar algo a que aferrarse que justifique por qué su hijo es así, y no como el resto de sus compañeros. Pero la realidad es que la ciencia nos dice que no hay relación.
“No vacuno a mi hijo porque las vacunas contienen mercurio que es tóxico para el desarrollo de su cerebro” FALSO.
Hoy en día, prácticamente ninguna de las vacunas que se administran en España, contiene cantidades significativas de Timerosal (una sal que contiene etilmercurio). Pero además, no se ha podido demostrar científicamente que este compuesto afecte el desarrollo neurológico de los bebés o de los niños ni que por tanto esté relacionado con el autismo o retraso del desarrollo.
Así que confía en los profesionales de la salud que buscamos el bien de nuestros pacientes y de nuestros propios hijos. Déjate asesorar por gente de verdad entendida en la materia, guíate por la opinión de los expertos. No hay ocultos intereses industriales en nuestras recomendaciones. Las vacunas han salvado y salvan cada año a millones de niños y ésa sí es una realidad.
Y por último una reflexión: En África las madres caminan con sus hijos a sus espaldas descalzas durante kilómetros y kilómetros para recibir una vacuna y en el primer mundo los hay que aun estando a su alcance, las rechazan. Este debate en el tercer mundo no existe, ¿sabéis por qué? Porque conviven con la enfermedad y con la muerte a diario.
Podéis obtener más información en este artículo del Comité Asesor de Vacunas de la Sociedad Española de Pediatría donde hablan extensamente de este tema.
http://vacunasaep.org/familias/mitos-y-falsas-ideas