En este post os hacemos un resumen de la Entrevista al Psicobiólogo José María Martínez Selva que se publicó en el Número 17 de la Revista: Redes para la Ciencia. Nos parece un artículo muy interesante y que como madres y padres preocupados por vuestros hijos os iba a gustar.

Las Nuevas tecnologías son un arma de doble filo y no todo el mundo hace el mismo uso de ellas. Tenemos a personas adictas a su teléfono móvil y otros que no soportan ver la Bandeja de Entrada del correo llena todas la mañanas. Hay padres que creen que los niños pasan demasiado tiempo con el móvil o el ordenador... Al final, es nuestra realidad y es que Internet ha cambiado la manera en que trabajamos, nos relacionamos y nos divertimos; y ahora con el distanciamiento social que estamos viviendo esta situación ha aumentado. No podemos dejar de preguntarnos si este comportamiento nos hará mejores o iremos a peor. Esta claro que hay circunstancias en las que no tenemos ninguna duda, pero al final no deja de haber dos caras en todas las historias.

 

El Psicobiólogo Jose María Martínez Selva escribió el Libro Tecnoestrés en 2011,  explora algunos de los problemas que la Tecnología a traído consigo.

 

"El joven adicto a internet no molesta, sino que está entretenido, lo que puede llevarnos a creer que está aprendiendo."

 

Para el psicobiólogo Jose María el Tecnoestrés es un término con el que quiere abarcar problemas muy variados relacionados con las nuevas tecnologías, ya sea problemas de adaptación y reticencia a utilizarlas hasta la dependencia e incluso la adicción. El hecho es que el estrés digital afecta a las personas de manera distinta y la edad está muy relacionada. Muchas personas de más de 40 años sienten que llevan muchos años siendo competentes en su trabajo y de un día para otro les llegó la invasión de las Nuevas Tecnologías y, de repente, descubrieron que no eran tan competentes como creía y han tenido que formarse de nuevo y adaptarse.

 

Siempre hay quien lo lleva mejor, pero hay muchos trabajadores que reconocen que una de las causas de su estrés en el trabajo es esta adaptación, así como los cambios continuos en los sistemas, nuevos programas... En cambio los niños han nacido con un movil en la mano. Para los jóvenes esta adaptación no es ningún problema. En cambio lo que aparecen son tecnoadicciones. Normalmente, los chicos tienen más tendencia a los videojuegos y las chicas a los chats, foros y sms.

 

Los adultos también pueden ser adictos, pero se ve más como una dependencia. Hay trabajadores que no tienen más remedio que estar continuamente conectados, utilizando el medio que sea.

 

 

Este es el problema. Con este tipo de trastornos es muy difícil distinguir este límite. En el caso de los jóvenes que son nativos digitales resulta complicado detectar este límite, puesto que para los deberes del cole tienen que documentarse.

 

Aquí es donde entra el trabajo de los padres, hay que estar pendientes y buscar pistas. Para detectar una posible tecnoadicción en nuestros hijos hay que fijarse en posible cambios en los hábitos y en el carácter.

 

Volverse introvertido o extrovertido de golpe, por ejemplo. O ver que se irrita, e incluso se pone agresivo, si no puede utilizar el móvil o el ordenador. También la pérdida de los amigos de siempre y la reducción del rendimiento escolar pueden indicarnos la existencia de un problema. 

 

 

Una adicción infantil a la tecnología es muy difícil de detectar sobretodo por dos motivos. El primero es que el niño enganchado no molesta; al contrario, está entretenido y podemos tender a pensar que está estudiando, aprendiendo y que eso es bueno. El segundo es que muchos padres no tienen conocimientos digitales, de modo que les resulta difícil saber qué está haciendo exactamente su hijo. Esto les puede llevar a perder una cierta autoridad moral, porque incluso recurren a sus hijos para tratar de comprender qué es internet y qué es lo que allí se cuece.

 

 

Él aconseja que una cierta alfabetización digital por los padres es necesaria. Muchos no pueden navegar con sus hijos, n pueden educarlos digitalmente como sí pueden acompañarlos a la hora de leer y escribir. Aparte de eso, también es recomendable mantener una serie de costumbres predigitales, como hablar con los hijos, ganarse su confianza, saber manejarlos y orientarlos... Eso es algo que no se puede descargar de internet.

 

Es bueno establecer normas. Cuando los padres ponen normas al uso del móvil y ordenador hay menos peligro de que abusen de las nuevas tecnologías. De todos modos, lo mejor es afrontar que no podemos pararlo. Mejor que comprendamos los riesgos que entrañan y que tratemos de educar a nuestros hijos en su uso. Antes veías a tus amigos en el colegio o instituto y no había más problema. Hoy, és es sólo una parte, y a veces pequeña, de la relación. Se comunican por internet. 

 

Actualmente, sentirse integrado en el grupo equivale a estar conectado continuamente, estar a la última de lo que pasa: las canciones que se han escuchado, los próximos conciertos, las películas que se han visto... Pertenecer al grupo ya no sólo implica una cierta forma de vestir o de expresarse, sino también estar intercambiando opiniones y experiencias de forma casi continua. Es un territorio muy difícil.

 

Otro de los temas que trata el psicobiólogo es algo que sabemos que vosotros sois muy conscientes de ello y es la sobreinformación. Hay demasiada información en la red. Es algo que damos por hecho internet nos permite acceder a muchísima información, pero depende de nosotros y nuestra capacidad de procesamiento analizar esta información. Para él, el problema que esto genera es que tenemos que perder mucho tiempo en filtrarla, en distinguir lo que es relevante de lo que no lo es. 

 

El hecho de tener más información no necesariamente te lleva a tomar mejores decisiones. Tendemos a creer que cuantos más datos tenemos menos nos equivocaremos. La información solo es de ayuda si somos capaces de transformarla en conocimiento, pero eso es algo que solo ocurre con ciertas personas y en momentos determinados.

 

Por ejemplo, saber que tiempo hará en  Nueva York no tiene ningún sentido para mi. Aunque si puede ser importante para una persona que le vaya a dar sentido y utilice esa información. Alguien que tenga un viaje planificado a Nueva York, puede cambiar sus planes en función del tiempo que vaya a hacer. 

 

"No podemos parar el avance de las nuevas tecnologías. Lo mejor es afrontarlo y tratar de educar a nuestros hijos en su uso."

 

Está ocurriendo otro fenómeno según Jose María Martínez Selva y es que la relación con nuestros proveedores, empresas o administración es cada vez más telemática. Lo que por un lado es positivo, pero también implica que tenemos que dedicar tiempo a aprender. 

 

En su libro habla de que hay muchas personas con dos personalidades, el auténtico y el virtual. Podemos dar una imagen muy distinta en función de quien tengamos delante, ahora con el trato digital el personal queda reducido a una serie de datos básicos: cómo soy, color de pelo, edad, sexo, estudios, datos geográficos, aficiones... Y esto no deja de ser una simplificación que facilita el engaño. La distancia entre lo que vemos en un perfil y la persona que hay detrás puede ser enorme. 

 

Los estudios dicen que seguimos teniendo el mismo número de amigos íntimos de toda la vida. Es un círculo cerrado de 10 miembros como mucho, son la gente en la que confías y a quienes recurres para pedir consejo y compartir tus problemas o preocupaciones. Las redes sociales están agigantando otros problemas. Antes, un rumor era algo que se extendía entre tu círculo de amigos y compañeros de trabajo. Ahora puede multiplicarse y difundirse. Pero encima escudándose en cierto anonimato, hay personas que se permiten decir muchas barbaridades sin conocerte. Como no hay contacto directo pierdes la capacidad de control, de modo que un rumor, un acoso pueden perseguirte incansablemente.

 

 

 

Jose María Martínez Selva, Psicobiólogo. Autor del Libro Tecnoestrés: